Con el fin de rendir homenaje a Minerva, la diosa romana de la sabiduría, uno de los presidentes de Guatemala ordenó construir varios templos, uno de ellos en Xela. Se trata de una construcción greco-romana que, a nuestro paso por Quetzaltenago, nos pareció impresionante. Precisamente, esta ciudad es la sede de la cooperativa que da vida a este café, de cuerpo suave, dulce y con notas de cacao delicado y un toque afrutado en boca. ¡Fabuloso!

La cooperativa de la que procede este café, fundada en el año 2009, surge como una organización productiva, con el objetivo principal de mejorar las vidas de las personas asociadas y trabajadoras.
Mediante la realización de proyectos y actividades conjuntas, como la producción de café, de miel o de panela, se fomenta el desarrollo social y económico de sus trabajadoras.

En esta finca, además de la producción de café, se desarrollan otras muchas actividades, tales como la preparación de insumos orgánicos para mejorar el cultivo, la certificación de cafetales, apicultura, huertos orgánicos o proyectos de emprendimiento para mujeres, entre otros.
Y cada uno de los proyectos resulta exitoso, gracias al esfuerzo común de todos. Merece la pena probar este café y pensar que cada sorbo fomenta la mejora social y económica de la comunidad. ¿A que al paladar resulta verdaderamente espectacular?